Fisioterapia y Artritis

Fisioterapia y Artritis

La artritis es un grupo de enfermedades que afectan las articulaciones del cuerpo, incluyendo los huesos, músculos y tejidos blandos circundantes. Los síntomas más comunes son dolor articular, rigidez y disminución de la movilidad, lo que puede conducir a la discapacidad y a una reducción de la calidad de vida. La artritis es una enfermedad frecuente que afecta a alrededor del 15% de la población mundial.  La artritis no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse con éxito mediante ejercicio, pérdida de peso, los cambios en el estilo de vida y la medicación adecuada.

¿Cómo puedo saber si tengo artritis?

La artritis puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o sexo, y suele ser más frecuente en las mujeres (18%) que en los hombres (13%). La osteoartritis es más común en las personas mayores, y afecta al 48 por ciento de las personas mayores de 50 años. La Artritis reumatoide afecta sólo al 2% de la población, pero es la segunda forma más común de artritis. 

La artritis afecta a cada persona de manera diferente y los síntomas varían dependiendo del tipo de artritis que tengas y de su gravedad. Los síntomas más comunes incluyen dolor y rigidez articular. Otros síntomas articulares pueden incluir enrojecimiento, calor, hinchazón y, en etapas posteriores atrapamiento en las articulaciones. Las personas que sufren artritis también suelen manifestar que se sienten fatigadas a causa de esta.

¿Cómo se diagnostica la artritis?

Existen muchas causas de dolor articular, por lo que es importante que consultes a tu médico de cabecera o a un fisioterapeuta experto en trastornos musculoesqueléticos para tu evaluación y diagnóstico. Ellos pueden analizar tu artritis revisando tu historial médico anterior, los síntomas actuales y realizando un examen físico de tus articulaciones. Los fisioterapeutas te remitirán a menudo a un médico de cabecera, ya que en algunos casos pueden ser necesarias pruebas de sangre u otras pruebas especiales para descartar otras afecciones, especialmente en el caso de la artritis reumatoide. Se pueden utilizar radiografías, aunque no son necesarias para hacer un diagnóstico, ya que los cambios articulares identificados en las radiografías a menudo no están relacionados con el dolor o la gravedad de la artritis.

¿Cuáles son los tipos más frecuentes de artritis?

Existen muchos tipos de artritis, pero las más comunes son la osteoartritis (OA) y la artritis reumatoide (RA). Las personas también pueden tener más de un tipo de artritis al mismo tiempo.

La Osteo Artritis es el tipo más común que afecta al 56 por ciento de la población que están afectados por artritis. La Osteoartritis puede desarrollarse a cualquier edad, aunque es más común en personas mayores de 45 años. Implica cambios en todas las articulaciones, incluyendo el cartílago (la capa lisa que cubre los extremos de un hueso), el hueso subyacente, los ligamentos y tendones, así como los músculos circundantes. A medida que la Osteoartritis progresa, los cambios en las articulaciones pueden causar dolor y pérdida de movimiento. Las articulaciones también pueden cambiar de aspecto debido a la hinchazón y/o a que los huesos de cada lado de la articulación cambian de forma y a veces pueden alejarse de su posición normal como consecuencia de la osteoartritis.

La artritis reumatoide es el segundo tipo más común de artritis y afecta al 14% de la población que padece una artritis. A diferencia de la Osteoartritis, la Artritis Reumatoide afecta a todo el cuerpo e implica una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario produce una respuesta inflamatoria anormal en muchos tejidos, incluidas las arterias y las articulaciones. Los síntomas comunes son inflamación y dolor articular, acompañados de rigidez matutina y, con el tiempo, pueden provocar daños articulares incapacitantes. Un médico, específicamente un reumatólogo, típicamente diagnosticará la Artritis reumatoide tomando una historia clínica completa de los síntomas, un examen físico y un análisis de sangre

¿Cómo puede ayudarme la fisioterapia con la artritis?

La fisioterapia juega un papel muy importante en el manejo de la artritis. Como no hay cura, el objetivo del tratamiento es controlar el dolor, mantener las articulaciones en movimiento y ayudar a las personas a mantenerse activas y sanas mediante el desarrollo de programas de ejercicio seguros y personalizados.

Ejercicio para la artritis

La actividad física y el ejercicio son el mejor tratamiento, independientemente de la gravedad de la artritis. Algunas personas mejoran su artritis sólo con ejercicio, evitando la necesidad de cirugía. El ejercicio también es vital para prevenir o controlar otras enfermedades crónicas.

A continuación, presentan algunos tipos diferentes de ejercicio que un fisioterapeuta puede prescribir:

  • Ejercicios de fortalecimiento: Implican el uso de pesas, bandas de resistencia o peso corporal para aumentar la fuerza muscular. Los músculos más fuertes ayudan a sostener y proteger las articulaciones, lo que facilita la movilidad y la actividad física.
  • Ejercicios de flexibilidad: implican estiramientos y movimientos suaves de las articulaciones para reducir la rigidez.
  • Ejercicio aeróbico: cualquier ejercicio que aumenta la frecuencia cardíaca y mantiene la forma física general y la salud cardíaca.
  • La Hidroterapia son ejercicios de fortalecimiento, aeróbicos y de flexibilidad en una piscina, que a menudo está climatizada. Puede ser beneficioso porque el agua soporta el peso de tu cuerpo, reduciendo el impacto en tus articulaciones. El agua también puede proporcionar una mayor resistencia, fortaleciendo aún más sus músculos.

¿Cómo puedo empezar a hacer ejercicio si tengo artritis?

Cuando una persona con artritis empieza a hacer ejercicio regularmente puede ser difícil saber qué ejercicios hacer, en qué nivel empezar y cómo mantenerse motivado. Los niveles de forma física y los síntomas varían de una persona a otra, por lo que es importante que te dejes guiar por tu fisioterapeuta para asegurarte de que el ejercicio se adapta a tus necesidades. Es esencial empezar despacio y aumentar gradualmente a medida que mejora la forma física y la fuerza. Para ver los beneficios, el ejercicio debe completarse regularmente e incorporarse a tu rutina diaria.

Ejercicio y dolor

Muchas personas evitan usar sus articulaciones por temor a empeorar su artritis, pero esto no ocurrirá. Cuando no movemos las articulaciones se vuelven más rígidas y los músculos menos flexibles. Con el tiempo, sin ejercicio regular tus articulaciones pueden volverse aún más dolorosas. Como muchas personas con artritis experimentan dolor articular constantemente, al realizar ejercicio el dolor es inevitable, pero con el ejercicio regular el dolor puede reducirse con el tiempo. Como guía, el dolor tolerable antes o durante el ejercicio es común, esperado y más a menudo inofensivo. El dolor que es intolerable o más allá del nivel normal de una persona indica que el ejercicio debe reducirse.

Consejos para la protección de las articulaciones y estrategias para aliviar el dolor

Tu fisioterapeuta te aconsejará sobre técnicas para reducir el dolor, como el uso de compresas calientes o frías, la selección del calzado adecuado o el uso de un bastón o una férula de mano. También pueden proporcionarte orientación sobre cómo controlar las actividades para limitar los brotes de dolor y recomendar formas de hacer las cosas sin causar tensión en las articulaciones.

¿Cómo es de efectiva la fisioterapia basada en ejercicios para tratar la artritis?                             

Las últimas investigaciones recomiendan el ejercicio para todas las personas con artritis, independientemente del tipo de artritis, el dolor o la gravedad. Sin embargo, si sufres de un brote agudo de gota, se recomiendan otros métodos como medicamentos y hielo. La evidencia muestra que el ejercicio fisioterapéutico regular es uno de los tratamientos no quirúrgicos más efectivos para todos los tipos de artritis, ya que reduce el dolor, mejora la función y mantiene las articulaciones en movimiento. Además de mejorar los síntomas, el ejercicio es vital para el control del peso y la salud general, ambos muy importantes para disminuir el impacto de la artritis.

Para la osteoartritis de rodilla, cadera y mano hay pruebas considerables que muestran que los ejercicios de fortalecimiento y la actividad física reducen el dolor articular, la rigidez y mejoran la función general a largo plazo en la misma medida que los medicamentos, pero sin los efectos secundarios de los analgésicos y los fármacos antiinflamatorios.

Para la artritis reumatoide, las pruebas muestran que el ejercicio de intensidad moderada a alta (tanto aeróbico como de fortalecimiento muscular) mejora la fuerza muscular y el estado físico general a corto plazo, y que estos beneficios pueden mantenerse con el ejercicio a largo plazo.

Fisuma

Fisioterapeuta con gran experiencia especializado en fisioterapia neurológica, fisioterapia respiratoria y cólico del lactante. Número de Colegiado: 7650
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