Fisioterapia Suelo Pélvico

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¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es una estructura formada por el conjunto de tres sistemas: un sistema suspensorio (ligamentos), un sistema cohesivo (facial) y un sistema de sostén (muscular). Para proporcionar un equilibrio pelviperineal normal y su correcto funcionamiento es necesario que los tres sistemas se encuentren integrados (1).

Es fundamental que exista una buena  funcionalidad del suelo pélvico ya que hace de soporte mecánico de las vísceras pélvicas y abdominales, las cuales forman parte del sistema urinario (vejiga, uretra…), del sistema reproductivo (útero, vagina…) y de la zona más distal del sistema digestivo (recto y ano). Por tanto, el correcto funcionamiento del suelo pélvico garantiza la continencia urinaria y anal, la función sexual y la suspensión de dichos órganos de la cavidad pélvica y de la cavidad abdominal (1).

¿Qué músculos constituyen el suelo pélvico? ¿Para qué sirven?

Los músculos que forman el diafragma pélvico son el músculo coccígeo y el elevador del ano; del cual se diferencian tres haces: el haz puborrectal, el haz puboccocígeo y el haz iliococcigeo. Como resultado, el elevador del ano es el músculo más extenso y el componente principal del suelo pélvico (1).

Este diafragma se extiende por el interior de la pelvis, cubriéndola en forma de embudo desde el pubis (punto más anterior), el cóccix (hueso más posterior) e iliacos (paredes laterales) (1).

Es importante la función de la musculatura del suelo pélvico puesto que, además de participar junto a los ligamentos y la fascia en el sostén de los órganos descritos anteriormente, tiene un importante papel dinámico en las continencias (1). Cuando la musculatura se encuentra débil y/o se produce una disfunción, puede dar lugar a incontinencias tanto urinaria como ano-rectal.  Así mismo, una disfunción del suelo pélvico puede provocar estreñimiento distal y descensos de las vísceras pélvicas, conocidos como prolapsos (2).

¿Por qué es importante tener una buena musculatura del suelo pélvico?

Tener un buen estado de todos los tejidos que conforman el suelo pélvico garantiza funcionalidad y sostén. Cuando la musculatura se encuentra débil, esta capacidad disminuye y, junto a otros factores, puede originar una disfunción. 

Uno de los factores más frecuentes que pueden comprometer la funcionalidad es el aumento de la presión intraabdominal, ya que implica un cambio en la dirección de las fuerzas que el suelo pélvico absorbe (1, 2). Cuando la musculatura no es competente, no puede asimilar este aumento, dando lugar a las incontinencias o prolapsos mencionados anteriormente.

Suelo pélvico y maternidad

Muchos estudios evidencian que, en el ámbito obstétrico, el parto vaginal es el principal responsable de la disfunción del suelo pélvico, existiendo una prevalencia del 30% de incontinencia urinaria transitoria en posparto y del 10% para incontinencia urinaria persistente.  Esto es debido al estrés mecánico al que se ven sometidas las estructuras musculares, conjuntivas y nerviosas durante el mismo. Esta hipersolicitación mecánica de los tejidos es más notable en la primiparidad, donde suele darse periodos de dilatación y expulsivo de mayor duración debido, en muchas ocasiones, a la falta de relajación de la musculatura perineal (2).

A su vez, el embarazo de por si es considerado un factor de riesgo de disfunción de suelo pélvico a razón de los cambios hormonales y mecánicos que se dan a cabo. Durante el embarazo aumenta el tamaño y el peso del útero. A su vez, los tejidos se vuelven más laxos y se reduce el tono de la musculatura de los órganos por la presencia de hormonas como la relaxina y la progesterona. La relaxina actúa sobre la fascia, ligamentos… Esto facilita un aumento de la lordosis lumbar, que disminuya el tono de la musculatura abdominal y que, por consiguiente, se incremente la presión intraabdominal (2).

Por ello, hay determinadas lesiones que son consideradas “normales” durante el embarazo y tras el parto, ya que los cambios descritos que se producen y las adaptaciones que surgen en consecuencia producen alteraciones en las estructuras que son de carácter transitorio.  Por ejemplo, es frecuente que durante el embarazo haya incontinencia urinaria tanto por el peso del útero sobre la vejiga como por los cambios hormonales que ocurren descritos anteriormente (2).

Sin embargo, el embarazo y el parto son considerados factores de riesgo y pueden ocasionar  disfunciones si la musculatura no se encuentra preparada. Es por ello que la prevención tiene un papel muy importante en el embarazo, parto y posparto. Es decir, una buena preparación de la musculatura durante el embarazo previene disfunciones y agiliza la recuperación en el posparto (2).

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¿Qué puede hacer la fisioterapia de suelo pélvico para ayudarme?

Gran parte de la población femenina no es consciente ni de la contracción ni de la relajación de su suelo pélvico. Esta falta de conocimiento aumenta el riesgo de posibles disfunciones en el suelo pélvico ya que la musculatura no se encuentra activa. La evidencia científica sostiene que el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico durante el embarazo, además de contrarrestar los cambios estructurales que se producen y el incremento de presiones  en la cavidad abdominal, reduce la incontinencia urinaria por esfuerzo en el post parto (2).

Durante el embarazo el objetivo principal de la fisioterapia de suelo pélvico es el de preparar el tejido perineal de cara a que soporte el parto vaginal. Para ello, el fisioterapeuta aplicará técnicas para elastificar el tejido como estiramientos o el masaje perineal, el cual se instruirá a la paciente para que pueda realizarlo también en casa. A su vez, se trabajarán ejercicios de fortalecimiento para que la paciente tome conciencia de la contracción/relajación de los músculos de su suelo pélvico y lo fortalezca (2).

Cabe añadir que la fisioterapia en el suelo pélvico también incluye el tratamiento de dolores musculoesqueléticos que puedan originarse durante el embarazo como el dolor cervical o la sobrecarga lumbar, muy frecuente, tal y como se ha mencionado anteriormente.

En el posparto lo primordial es conseguir que los tejidos vuelvan a un estado lo más funcional y lo más próximo al inicial: tratar las cicatrices, fortalecer el suelo pélvico, recuperar el tono de la musculatura de la faja abdominal…

En Clínica FISUMA somos profesionales en continua formación para ofrecer a los pacientes el mejor servicio.  Si estás interesada en la fisioterapia del suelo pélvico o tienes alguna consulta, no dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.

Bibliografía

  1. Carrillo, Katya, Sanguineti, M.. (2013). Anatomía del piso pélvico. Revista Médica Clínica Las Condes. 24. 185-189. 10.1016/S0716-8640(13)70148-2.0
  2. Ferri Morales, Asunción, Azkúe, J.M.. (2004). Prevención de la disfunción del suelo pélvico de origen obstétrico. Fisioterapia. 26. 249–265. 10.1016/S0211 5638(04)73110-7.

 

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