Síntomas:
El dolor intenso, la inflamación y el hematoma son síntomas comunes de un esguince de tobillo. La dificultad para caminar y la inestabilidad son más prominentes a medida que aumenta la gravedad del esguince.
Tratamiento:
El tratamiento inicial para un esguince de tobillo implica reposo, hielo, compresión con vendaje y elevación. La aplicación temprana de hielo ayuda a reducir la inflamación, mientras que la compresión y la elevación ayudan en la recuperación. Para esguinces más graves, gracias a Indiba, se puede abordar el esguince con el objetivo de reducir la inflamación y el hematoma, para acortar los tiempos de recuperación, además de las técnicas manipulativas, el drenaje y las maniobras musculares pueden ser necesarios por parte de profesionales.
Rehabilitación:
Los ejercicios de fortalecimiento y proprioceptivos son esenciales en la fase de rehabilitación. Estos ayudan a restablecer la estabilidad y mejorar la funcionalidad del tobillo, reduciendo el riesgo de recaídas.
Comprender los tipos y grados de un esguince de tobillo es muy importante para una evaluación precisa y un tratamiento efectivo. En caso de una lesión, es fundamental buscar la atención de profesionales de la fisioterapia deportiva o traumatológica como Fisuma para una recuperación completa y duradera.
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